LA RESILIENCIA EN L@S NIÑ@S
- Equipo BeFunkey

- 3 sept 2020
- 4 Min. de lectura
Escrito por: Psic. Tanya Wattnem, Equipo BeFunkey.
Una vez entendiendo los beneficios de fomentar la resiliencia, no es difícil comprender por qué entre antes empecemos a trabajar en ella ¡mejor! Como bien explica la Asociación Americana de Psicología, solemos pensar en la niñez como una etapa libre de problemas y la realidad es que la edad como tal- no ofrece ninguna garantía en contra del sufrimiento o posibles experiencias dañinas. Crecer es toda una aventura repleta de constantes cambios y desafíos- y la destreza de desarrollarse positivamente a pesar de dichos retos surge de la capacidad de resiliencia.

Algunos consejos que brinda la Asociación Americana de Psicología para apoyar el desarrollo de resiliencia en los niños son:
1. Enseñarle a nuestros hijos a relacionarse con otros de manera positiva
2. Fomentar que nuestros hijos ayuden a otros niños y animarlos a que realicen trabajos voluntarios apropiados para su edad.
3. Mantener una rutina diaria- ya que los pequeños anhelan estructura en su vida
4. Saber identificar cuando necesitan un descanso
5. Enseñarles cómo cuidar de sí mismos
6. Enseñarles a fijarse metas razonables (que sean viables pero que sí representen un reto)
7. Alimentar una autoestima positiva haciendo énfasis en qué han hecho para lidiar con dificultades de manera satisfactoria en el pasado y esto les dará mayor confianza en que podrán manejar futuros desafíos.
8. Mantener las cosas en perspectiva y una actitud positiva- recordando siempre identificar lo que sí está funcionando o saliendo bien.
9. Buscar oportunidades que promuevan el autoconocimiento con el fin de que nuestros niños descubran sus fortalezas y recursos- esto les ayudará a confiar más en sus capacidades.
10. Enseñarles a sentirse cómodos y a tolerar la incertidumbre- comprendiendo que hay muchos aspectos de la vida que no podemos controlar y que aun así tendrán la capacidad de adaptarse y salir adelante.
ACTIVIDAD
¿Qué necesitas?
Papel blanco
Colores o crayolas
Pluma
Vamos hacer una “Rueda de Resolución de Problemas”. Existen varias formas de realizar esta actividad. Lo ideal es que nos sentemos con nuestros niños a reflexionar sobre algún reto o situación problemática que ya hayan vivido y logrado resolver/sobrepasar de manera exitosa.
En el centro de la rueda nombren la situación/experiencia y alrededor identifiquen qué posibles “acciones/actitudes” podía haber tomado su hijo y en un color distinto circulen la que él/ella eligió. Después, tómense unos minutos para reflexionar acerca de qué recursos/ herramientas/fortalezas fueron utilizadas y de ayuda en dicho momento y descríbanlas. Por ejemplo: “Mostraste una gran capacidad de empatía y solidaridad cuando ayudaste a tu compañero a encontrar su salón.” o “ demostraste ser muy persistente esta semana en el proceso de aprender a brincar la cuerda a pesar de que al principio te costaba mucho trabajo”.
La idea detrás de esta actividad es promover en nuestros hijos el autoconocimiento y ayudarlos a reconocer qué recursos y fortalezas poseen. El tener consciencia de que han sobrepasado eventos difíciles o adversos en el pasado les brindará mayor confianza en que tienen la capacidad de manejar situaciones adversas/incomodas/o que representen un reto. Es importante saber qué fue exactamente lo que les funcionó en dicho momento.
Los eventos variaran en complejidad dependiendo de cada niño y por supuesto de su edad. En caso de que no logren identificar un evento que YA haya sucedido, pueden pensar en alguna situación hipotética o usar algún ejemplo de un libro o película.

RELAJACIÓN MUSCULAR PROGRESIVA
Ponte en una posición cómoda. Idealmente siéntate en una silla con la espalda derecha, los hombros relajados, y asegúrate que los pies reposen bien en el suelo. Esta relajación consiste en tensionar y relajar 4 diferentes grupos de músculos (cabeza, tronco, brazos y piernas) entre 10 y 15 segundos. .
Empezaremos con el rostro. Comienza por fruncir el ceño fuertemente y luego relájalo lentamente. Después, cierra y aprieta los ojos percibiendo la tensión en los párpados y después afloja. Ahora, aprieta los labios y dientes- y después relaja dejando la boca entreabierta y los dientes separados.
Seguiremos con el cuello. Baja la cabeza hacia el pecho, notando la tensión en la parte de atrás. Ahora, relaja la cabeza regresándola a la posición inicial (alineada con la columna). Seguimos con la espalda. Inclina ligeramente la espalda hacia delante y lleva los codos hacia atrás y nota la tensión en la espalda. Relaja y retoma la posición original. Ahora, recarga tus brazos sobre las piernas y aprieta los puños, antebrazos y manos. Para destensar, abre los puños y reposa los dedos en las piernas.
Seguimos con el abdomen. Debes tensar todos los músculos abdominales “metiendo la panza” y luego relájalos.
Finalmente, empezaremos con las piernas. Estira una pierna levantando el pie y llévalo hacia arriba y los dedos hacia atrás. Debes percibir la tensión en toda la pierna (trasero, muslo, rodilla, pantorrilla y pie). Relaja lentamente y regresa los dedos hacia delante y baja la pierna. Ahora, has lo mismos con la otra pierna.
La segunda fase de esta relajación consiste en repasar mentalmente todos los grupos trabajados y asegúrate de que realmente se sientan relajados.
La tercera y última fase harás una relajación mental. Visualiza un lugar agradable como el estar acostado en la playa o en el parque y has lo posible por abarcar todas las sensaciones. ¿Qué sonidos escuchas? ¿A qué huele? ¿Qué sabor tienes en la boca? ¿Cómo se siente la arena? ¿Hace calor?¿Cómo se siente la brisa? Para finalizar, después de repasar todas estas sensaciones quédate ahí unos minutos.
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